Ayer charlé con ellos. Los Molares estaban muy enfadados con los Colmillos. Esa lucha no era nada nuevo, hacía años que todos los días libraban la misma disputa. Al parecer, estas dos familias se conocieron cuando los dientes de leche decidieron marcharse con el ratoncito Pérez. La familia Colmillos empezó a crecer fuera del terreno que la señora Encía les ofreció.

No sólo la familia Molares era la perjudicada en este aspecto; Incisivos y Premolares mantenían en silencio para no meterse en sus disputas, preferían mantenerse al margen, aunque también estuviesen perjudicados.

Una mañana, la señora Encía, disgustada por el alboroto que estaban armando las dos familias tomó una decisión:

  • Debemos acabar con esto cuanto antes – dijo muy seria.

Ese mediodía, ninguna de las familias hablo, esperando impacientes, la solución que la señora de aquel fresco y húmedo terreno quería ofrecerles.

  • Me disgusta el hecho de que la familia Colmillos haya invadido un espacio que no le corresponde. Nuestras casas estaban ordenadas en filas, correctamente, pero desde que llegaron, solo han hecho torcer las nuestras y enriquecer la acumulación de placa y bacterias. Si seguimos así pronto vendrán las caries –comentó un primo de los Premolares.
  • Eso es cierto. Desde que llegaron sólo han desordenado nuestras viviendas y ahora esto es un caos. Necesitamos resolver este problema puesto que llega la Navidad y tendremos que atender a muchos invitados: Turrón, Chocolate, Mantecado… y muchos otros que vendrán.
  • Calma, calma… -regaña la señora Encía- Estamos en épocas navideñas y no debemos estar enfrentados. Todo este territorio es una gran familia de la que todos formamos parte. Todos y cada uno de nosotros, incluidos los señores Colmillos.

Los dientes y las muelas se miraron, intentando adivinar qué era lo que venía después.

  • Esta noche pediremos todos un deseo navideño para que podamos vivir en paz y armonía y podamos demostrar a todo el mundo la belleza que hay en este barrio cada vez que el amo sonría.

Lo que ninguno de ellos esperaba era que a la mañana siguiente, después de  un baño fresco y el olor a menta que dejaba la escoba, aquel barrio sufriría un gran cambio.

  • Como bien deseamos, debemos darle la bienvenida a nuestro amigo Braquets, con su frío y poderoso abrazo nos ha vuelto a unir a todos. Con el tiempo, nuestros hogares volverán a alinearse y la familia Colmillos no tendrá que volver a avergonzarse cada vez que el amo sonría. Éste es el milagro navideño que la señora Envías quería para nosotros – comentó Incisivo Lateral.

Todos quedaron en silencio cundo el señor Braquets habló:

  • Tener problemas no es una cosa del otro mundo. Todos los niños suelen tener miedo con su imagen y muchos hogares se destrozan cuando el ratoncito Pérez se va con nuestros niños, pero todo tiene solución. El secreto está en ser pacientes, pedir ayuda y acostumbrarse. Además, pensad que el tiempo se pasará volando y cuando menos os lo esperéis tendréis una sonrisa bellísima y ya no necesitareis mis brazos para uniros. La tranquilidad volverá a recorrer cada milímetro de esta boca. Pero para despedir este día tan especial, debéis recordad: Un buen barrido evita futuros problemas en nuestro paraíso bucodental.
  • TITULAR  La tranquilidad de tu sonrisaAUTOR  Yasmin DahmaniCOLEGIO CEIP Maestro Rojas (Nerva)

    CURSO 3º primaria

     

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